martes, 11 de enero de 2011

Cielo estrellado.

Anoche, las estrellas llamaron a mi ventana, me pidieron que les dejase refugiarse de la tormenta. Rápidamente abrí la ventana y les dejé un hueco en mi edredón. Se acomodaron silenciosamente. Aquella noche me contaron muchas cosas, secretos inconfesables. Nada de lo que podáis imaginar. La más pequeña e inocente de todas, un poco sonrojada, alzó un poco su dulce voz y me dijo tímidamente... : "cuando pases de noche a los pies de la luna y halla un cielo estrellado, para por un momento, mira hacia arriba, cierra los ojos y quizás podrás ver algo que habías mirado antes pero que nunca habías visto". Una estrella, tu estrella. Nunca temas al tomar decisiones, porque a lo largo de tu vida tendrás muchas que tomar, pero siempre habrá una de nosotras que te protegerá. Después de hablar largo y tendido con todas, justo antes de amanecer se despidieron y una de ellas se volvió mientras las otras ascendían lentamente y susurrándome al oído, sin que se enterasen las demás, me dijo: " yo soy tu estrella" y rápidamente, se perdió en la leve luz de algunos rayos que ya se reflejaban en mi ventana...

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